miércoles, 19 de enero de 2011

A Farewell to Arms

Acabo de terminar de leer la novela Adiós a las armas (o A Farewell to Arms) de Ernest Hemingway. Debo confesar que fue una de las lecturas más entretenidas y simples que he leído y que causaron en mí el deseo de seguir paulatinamente la vida de Frederick Henry (personaje principal) durante la Italia y Suiza de la Primera Guerra Mundial. He visto muchos comentarios sobre esta novela por la internet, desde la página más informal hasta aquellos artículos colgados en la web por entidades educativas y académicas, y aunque muchos de tales análisis parten de apreciaciones personales y diferentes, lo más seguro de afirmar es que la obra cumple un cometido autobiográfico. ¡Vaya descubrimiento!, como si todas las obras literarias no hablen en nada del escritor. En esta oportunidad, sin caer en una crítica-literaria, solo quiero expresar las emociones que me suscitó al leer esta novela y, porqué no, dar mi propia opinión con respecto a la misma.
Pero primero lo primero. Ernest Hemingway, autor de esta novela, nació en Oak Park el 21 de julio de 1899. Hijo de padre médico y cazador y de madre que gustaba de música clásica. Tuvo afición al deporte como también a la literatura. Desde pequeño se dedicó a esto último, aunque como aficionado; y cuando estalla la Gran Guerra quiso participar de voluntario en el Cuerpo de Expedición Americano. Por incapacidad física no fue aceptado; sin embargo, sí lo reclutaron en Italia como voluntario de la cruz roja en donde él conducía una ambulancia. Era el año de 1918. Al año siguiente fue herido en las dos piernas por lo que tuvo que ser trasladado al hospital, fue condecorado con la Medalla de Plata por su valentía de ayudar a un soldado italiano que estaba moribundo y fue allí, en una clínica de Milán, en donde entabla un romance con la enfermera Agnes Von Kurowsky. Es este pequeño fragmento de la vida de Hemingway lo que dará forma a la novela que voy a analizar.
La novela transcurre en la Italia y Suiza de la segunda guerra mundial, el protagonista de la novela es Frederick Henry, soldado americano reclutado por el ejército italiano para hacer voluntariado en la Cruz Roja y a cargo de una simple ambulancia. Podría decirse que es un personaje que está en busca de aventuras, pero que al conocer la realidad de la guerra se desanima. Siempre esta escéptico, disconforme, sin saber para dónde va, piensa que la guerra no va a acabar como también piensa que ya acabó. Se dedicaba a tener aventuras amorosas con chicas de cabaret y de todo tipo de casas de juego, pues su mejor amigo Rinaldi (médico distinguido según la obra) era quién alardeaba su distinción por ese tipo de vida. No fue hasta que conoció a la enfermera Catherine Barkley en donde entabla una relación muy seria y esperan un hijo. Esta enfermera, inglesa de nacimiento, es quien cautiva a Frederick a lo largo de la novela y la que lo motivará a luchar contra la muerte cuando estaba a punto de ser fusilado por generales italianos. Cuando Frederick tiene el romance con la enfermera puede decirse que cobra un mayor sentido a su existencia, al menos es lo que aparenta. Su desgano por participar en la guerra, queda compensado por esta nueva aventura que emprende. No se preocupa por formalizar su relación en un comienzo, éste no se escandaliza, ni tampoco se atormenta, son simples enamorados que entablan un romance, digámoslo así, con mucho riesgo. Como consecuencia del romance Catherine queda embarazada. Frederick lo asume como una consecuencia natural. Pues bien enterado del embarazo opta por centrar su vida y tener una relación de casados como cualquier persona normal, antes no le llamaba la atención, ahora sí, ya que conoció lo que se podría llamar amor y emprendió a disponer de los medios para estar con la mujer que amaba con todo el corazón: Catherine.
Vuelve a la guerra y luego de emprender toda una travesía para escapar de la misma, logra sobrevivir, logra encontrar a su amada nuevamente para emprender el sueño que tenían pensado: vivir juntos. Escapan de Italia y se van a Suiza. Toman una vida de marido y mujer y pasan el tiempo esperando la llegada del bebé. Es una vida cómoda, tranquila, algo derrochadora. En realidad a Frederick no le importa tener un hijo, simplemente estaba enamorado de Catherine; ella por otra parte, se lastimaba por generarle una carga a su amado, sabía que le era indiferente al niño por nacer, a pesar de que él siempre le decía que estuviese tranquila, pues le iba a dar una buena educación y alimentación al chico (como todo padre responsable). Llegado la hora del parto, la lleva al hospital, pasan las horas y el niño no nace. Le aplican de emergencia una operación cesárea y fallece el niño y la mujer. Total desolación para Frederick... total desolación para el lector.


Como ya dije, Hemingway participó como voluntario en la Primera Guerra mundial y la relación que hay con el personaje es muy interesante. Su vivencia durante dicha guerra marcó mucho en el autor que lo llevó a escribir tal obra. Y es que Frederich Henry, representa a aquellos soldados que ya no creen en la guerra y la consideran como estúpida. Y es que para todos los soldados que participaron en la Gran Guerra fue una experiencia similar: primero orgullosos de representar a su patria y a los ideales de la nación, junto a ello voluntarios que compartían tales propósitos, para luego caer en un desazón, escepticismo, rabia, amargura, negativismo, desolación, en otras palabras, en un sin sentido a la guerra. La Segunda Guerra mundial habrá sido peor, pero no viene al caso en esta oportunidad.
Leyendo las páginas es notoria la insatisfacción del personaje con respecto a la guerra, podría decir también con respecto a su vida. En medio de una guerra, si no se tiene un sentido de trascendencia, de buscar algo más o de un mínimo de esperanza, es fácil caer en un nihilismo. ¿Pero cómo tener esperanza en medio de una guerra, en medio de ver tantas muertes de amigos, compañeros, familiares, gente inocente? Uno podría decir que es absurdo pensar en esperanza, pero creo que es lo último que se pierde. En el caso de Frederick, a pesar de conocer a su amada Catherine, éste todavía actúa por actuar, simplemente busca hacer las cosas bien y punto.
Este panorama, ambientado durante la Primera Guerra mundial, no tiene mucha diferencia al actual. Las personas de ahora, una gran mayoría, vive por vivir, viven bajo un nihilismo que ya es parte de su vida; otros en cambio no, se esfuerzan por mirar la vida, ven que es difícil, pero se exigen, buscan trascender. ¿Es que acaso ante una tragedia personal todo está perdido? Uno dirá a viva voz: DEPENDE. Pero... ¿depende de qué?, ¿de la magnitud de la tragedia?, ¿de la magnitud de la tristeza?, ¿de no tener a nadie que me aliente a seguir adelante?... ¿qué pasa con aquellos que no tienen un horizonte esperanzador?, ¿qué pasa con aquellos que no creen en la vida, que desconfían de todos e incluso de sí mismo?. Personajes así existen en el mundo y seguirán habiendo. Muchos ya viven conformados a un estilo de vida nihilista (sin saberlo muchas veces), otros, por medio del estudio y la reflexión filosófica, optan por una vida hueca y vacía (según los lineamientos postmodernos). Pero aún así, hay personas en el mundo que buscan respuestas, que tiene dudas y saben que hay algo más. ¿Podrán conocer la respuesta? Evidentemente si. Creo que, ante estos tiempos inciertos y de prosperidad para algunos, la respuesta se encuentra, fundamentalmente, en la religión.

lunes, 17 de enero de 2011

Aniversario 476 de Lima (3ra parte)

La modernidad de Lima

Hoy se cumple 476 años de la fundación de Lima. Es un día para alegrarnos y para poder conocer más sobre la ciudad. Confieso que he renegado mucho de la actual Lima, específicamente de lo mal organizado que están sus avenidas, sus calles, su suciedad, el tráfico, la delincuencia, la agresividad del limeño, en fin, de muchas otras cosas más; pero sin caer en un juicio ciego y sin criterio creo importante rescatar la historia de la ciudad para poder entender el presente, y cómo el presente me lleva a proyectarme hacia el futuro. Lo que es hoy Lima es reflejo de los cambios que muchas personas han hecho a lo largo de los años, y lo que será Lima más adelante, será el reflejo de nuestras decisiones y de las personas que la gobiernan. Sin caer en una suerte de frases cliché, solo quiero, mediante los siguientes videos, del programa "A la vuelta de la esquina", mostrar los muchos cambios que Lima tuvo durante el siglo XIX y XX y, como dije en un post anterior, los cambios se dieron de manera sistemática por causa del hombre (muchos de ellos buenos y algunos innecesarios). A pesar de que el programa no es estrictamente histórico, tiene la particularidad de mezclar historia, anécdotas, música e imágenes, tal como la generación de ahora está acostumbrada.

Quiero terminar y decir que estoy orgulloso de Lima a pesar de lo difícil que es vivir en ella y lo contradictorio que es al haber comenzado este post renegando de ella. A pesar de sus múltiples defectos, creo que Lima representa la multiplicidad de culturas que conviven entre si, interpretar el mundo como los padres de Julius (de Un mundo para Julius) es una de las insensateces más grande que se pueda cometer.

Modernidad en Lima (Parte 1)




Modernidad en Lima (Parte 2)



Aniversario 476 de Lima (2da parte)

Acá un video realizado por la Universidad Federico Villarreal en 2005 sobre la arquitectura virreinal, disfrútenlo.

Aniversario 476 de Lima

Me es grato retomar este blog coincidiendo con el aniversario de la fundación de la ciudad en donde he nacido: Lima. Justamente este fin de semana me encontraba con unos amigos recorriendo el centro histórico de Lima por la noche y quiero aprovechar en compartir tal experiencia como también responder algunos cuestionamientos que nos hicimos durante el recorrido en relación a los cambios que ha tenido la ciudad.
Ese día me di cuenta de la tranquilidad que es pasear por tales lugares sin tener que tropezarte con un mar de gente que transita día a día ya sea para trabajar, comprar o simplemente pasear como cualquier turista. La tranquilidad de la noche sumado a la iluminación que tienen actualmente las plazas, edificios, hoteles y uno que otro monumento, hacían del centro histórico un total espectáculo en donde la arquitectura jugaba un papel primordial para nuestra vista maravillada. Una de las preguntas que nos hacíamos era: ¿Cómo habrá sido Lima hace muchos años?, ¿cómo habrá sido Lima a inicios del siglo XX?, ¿cómo habrá sido durante inicios de la república?, ¿cómo habrá sido durante la época virreinal?, preguntas todas que partían de nuestra curiosidad y que para responderlas era necesario una conciencia histórica de la ciudad. Muchos de nosotros mencionábamos lo que habíamos leído, escuchado, visto o conversado con respecto a la ciudad y mal que bien utilizábamos nuestra imaginación para poder aproximarnos a la Lima antigua o, más propiamente dicho, la Lima que se fue. Aunque solo recorrimos algunos lugares, bastó para darme cuenta de la importancia que es conocer mi ciudad, su historia y tomar conciencia de que muchos de los cambios ocurridos a lo largo de los siglos no solo responden a los desastres naturales, sino también a los cambios producidos sistemáticamente por el hombre al querer "modernizar" la ciudad tal como otros países europeos lo venían haciendo.
Varias casonas, conventos, palacios, monumentos e iglesias fueron derrumbados a lo largo del siglo XIX de manera sistemática para dar paso al proyecto de modernización que varios gobernantes emprendieron durante la era del Guano. Pues conviene precisar que la Lima virreinal no tuvo cambios sustanciales hasta antes de la Independencia del Perú, ya que aún la ciudad se encontraba a manos de la corona española, cuya mentalidad aún se encontraba en preservar la administración dieciochesca. Pero entrada la mentalidad del progreso, los cambios sustanciales no se hicieron esperar.
Por ejemplo, la creación de la penitenciaría de Lima, el hospital "Dos de Mayo" y el mercado de la Concepción como otras arquitecturas más responden a esta idea de modernizar urbanísticamente la ciudad y junto con ello de dar más facilidades para una mejor administración de los recursos en Lima. Pero junto con estas creaciones, implicó, en muchos casos, la "desacralización" del espacio urbano para transformarlos posteriomente en mercados, jardínes, avenidas, edificios, paseo de tranvías, etc. Un caso ejemplar fue la demolición del hospital e iglesia San Juan de Dios, ubicada en la actual plaza San Martín, ya que el 6 de diciembre de 1848 Ramón Castilla decreta la construcción del ferrocarril Lima-Callao y que implicó construir en medio de tales arquitecturas. También podemos mencionar la demolición de una parte del convento de Nuestra Señora de la Gracia para construir la plazuela del Teatro, la demolición de las murallas de Lima, la portada "Dios y la Patria" que se encontraba en el jirón trujillo, etc. Ejemplos diversos hay como también centenares de anécdotas en esta ciudad.
Con el paso de los años y entrado al siglo XX, Lima fue testigo de un gran proyecto de urbanización auspiciado por el gobierno de Augusto B. Leguía en donde el lema del gobierno "Patria Nueva" era el garante de una modernización sin precedentes. Con la llegada del centenario de la Independencia varios países se hicieron presentes no solo en la participación de las celebraciones propiamente dichas, sino también en dejar algún obsequio en la capital por el aniversario de la Independencia, fue así, que se trajeron varios nuevos monumentos que actualmente existen en la capital, como también la construcción de arquitectura por ejemplo: la torre-reloj ubicada en el parque universitario y obsequiada por la delegación alemana, la construcción del Estadio Nacional como donación de la delegación del Reino Unido para el año de 1923 (que después fue remodelado durante el gobierno de Manuel A. Odría, y actualmente en la gestión de Álan García), también la Plaza Francia donada por la delegación francesa y, por último, el Museo de Arte Italiano inaugurado en 1924. No son las únicas donaciones que se han hecho, comentarlos aquí daría paso a un artículo para tal tema.
Durante la década de 1950 en adelante se dio una expansión demográfica en Lima debido a la migraciones que se sucedieron en esos años. Pobladores del interior del país vieron en Lima su última oportunidad para prosperar económicamente, pero lamentablemente se encontraron con una sociedad totalmente clasista y discriminadora. Lo único que les quedó fue apropiarse de los terrenos periféricos de Lima y así dar inicio a los famosos asentamientos humanos. Fueron años en donde la informalidad comenzó a crecer y en donde las calles comenzaron a habitarse mucho más. Muchos dicen que fue el fin de la elegancia de Lima, pero creo conveniente mencionar que la elegancia solo se dio en sectores sociales altos, mientras que la gran mayoría de Lima todavía pertenecía a las llamadas "clases populares" y solo gozaban de una arquitectura en muchos casos espléndida, pero lamentablemente olvidada y descuidada.
¿Cómo habrá sido Lima durante la época del terrorismo? Fue otra de las preguntas que nos hacíamos durante la caminata nocturna. Cuando hablamos de Lima, nos referimos propiamente al centro histórico que se encuentra en el Cercado, y luego de varias imaginaciones nos percatamos que en los tiempos de crisis la ciudad era algo caótica, dado a que creció el fenómeno de los ambulantes como causa de la demanda de necesitar lo más barato posible ante las necesidades. Pienso y me cuestiono si realmente antes fue más caótico que ahora; pues mientras que en años atrás los vendedores ambulantes se encontraban por doquier, en la actualidad el caos mayor es el tráfico de automóviles, buses y combis.
¿Cómo será Lima de acá a unos años, especialmente en la actual gestión de Susana Villarán? No lo sabemos, confío en que su gestión mantendrá la continuación de los cambios que se han venido dando en la última década; pues Lima es grande y no se limita al centro histórico, hay mucho por hacer y creo que lo que apremia ahora es darle mayor seguridad a la ciudad y mayor fluidez vehicular entre otras cosas. Que en estos 476 años de fundación de esta épica ciudad sea motivo para muchos peruanos de maravillarse de aquella historia que se puede respirar por los muros de la ciudad y que, a pesar de sus defectos y desventajas, podamos a aspirar a tener una ciudad mucho más organizada y segura para todos.

¡FELIZ ANIVERSARIO LIMA!... ¡SALUD!!

Municipalidad de Lima y Palacio de Gobierno (Fines siglo XIX)




Calle Mercaderes (actual Jirón de la Unión)







Portada "Dios y la Patria" (Ya no existe)



Convento de las nazarenas
(se pueden apreciar las celdas para las monjas de clausura)




Catedral de Lima (década de 1920)









jueves, 6 de mayo de 2010

Algunos rostros del Perú en el siglo XX (2da parte)

El video que presentaré a continuación es un documental realizado por la Metro Goldwyn Mayer en 1937 titulado "Glimpses of Perú". Si bien muestra algunos aspectos de la ciudad de Lima, también pasa por Huancayo, Arequipa y Puno (dando una vista espectacular del Lago Titicaca).
Hay que notar que este video responde a una visión anglosajona del Perú, es decir solo se buscaba resaltar lo bueno, lo exclusivo, lo éxotico, obviando los demás aspectos de la sociedad (como los sectores populares), esto, evidentemente, responde a los parámetros de la época. Como se puede apreciar, en el caso de Lima, solo se hace toma de las plazas principales para pasar luego a la avenida Arequipa (que para ese tiempo era la avenida en donde se podía ver a las residenciales más exclusivas del momento), ello llevará al comentarista a afirmar que Lima no tiene en qué envidiarle a los demás países europeos.
Pasando por Huancayo se dará un vistazo a la famosa "Feria de Huancayo", que es quizá la feria más regional más importante del Perú. Luego se echará un vistazo a Arequipa y también a Puno.


Algunos rostros del Perú en el siglo XX

Este es un video de la década del 20 en la sierra peruana. También se puede apreciar el Lago Titicaca en los últimos minutos


viernes, 26 de marzo de 2010

A propósito de los ataques contra Benedicto XVI

No podemos negar que en las últimas semanas, los casos de pedofília perpretados por la Iglesia Católica se han hecho más evidentes que lo normal. Y es que esto sucede no porque hayan millones de casos similares, sino que una vez más la prensa se hace presente de manera sensacionalista. Negar los casos perpretados por estos sacerdotes sería un disparate y faltar a la verdad. Yo como católico me siento indignado y a la vez entristecido por los casos vislumbrados en las últimas semanas, casos que jamás debieron pasar por la Iglesia fundada por el mismo Jesucristo. Pero lamentablemente, y una vez más, la fragilidad del hombre por su pecado tiene un eco que llega hasta los lugares más reconditos del mundo.
Como nuevo participante de la comunidad bloguera y siguiendo las bases pronunciadas en mi presentación, es mi deber hacer unas respectivas aclaraciones:
Desde hace dos semanas, los presuntos conocimientos del cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, con respecto a los abusos sexuales perpretados por un sacerdote catalogado como "H" en Munich, hace veinte años, resultan falsos. Pues el entonces vicario de la archidiócesis bávara, Gerhard Gruber, asumió, la total responsabilidad de reintegrar a tal sacerdote a la actividad pastoral. Ello nos lleva a decir que la responsabilidad plena de tal caso de negligencia viene de parte del vicario Gruber. Pero como es de esperarse, la prensa, muchas veces, no toma importancia a la investigación por lo que llega a afirmaciones sin demostración, sin fundamento.

Uno de los diarios más populares y prestigiosos de Estados Unidos, The New York Times, publicó el día de ayer, jueves 25 de marzo, un informe con un posible caso de complicidad del aquel entonces cardenal Ratzinger y también, ahora secretario de Estado, Tarcisio Bertone, de encubrir a otro pederasta en los años 80's. Tal caso, refiere a que para el año de 1996, tanto Ratzinger como Bertone habrían ocultado el caso de otro cura pedófilo llamado Lawrence Murphy, a la Congregación para la Doctrina de la Fe por la archidiócesis de Milwaukee.

Ahora bien, los hechos son distintos. Pues para el año de 1975, el sacerdote Murphy fue acusado de cometer abusos en un colegio dirigido para menores sordos. El caso fue denunciado a las autoridades civiles pero no se encontraron pruebas. Pero la Iglesia, siguió las investigaciones y por prevención separó del cargo al sacerdote Murphy y tal caso fue archivado. Para los años de 1995, ante el contexto de algunas acusaciones de sacerdotes pedófilos, el caso volvió a salir a la luz; pero no llegó a haber nuevas acusaciones a lo largo de los 20 años transcurridos. Al final la acusación principal radicó en que hubo una violación a la disciplina de la confesión. Murphy falleció poco tiempo después de vislumbrado nuevamente el caso.
Para poder entender tales situaciones tenemos que tomar en cuenta la "casualidad" con que salen tantos casos en tan poco tiempo. No es raro que ante el escándalo suscitado en Irlanda por problemas de pederastia, los medios de comunicación busquen la manera de sensacionalizar los casos sin una honesta búsqueda de la verdad. No es la primera vez, ni será la última. Y es que tenemos que tomar en cuenta que cuando se habla de la Iglesia Católica, los medios de comunicación se ensañan atacándola aprovechando los clásicos tópicos con que se atacan a la Iglesia, y esto lo podemos ver en la prensa, en la literatura, en el cine; siguiendo siempre la línea de que la Iglesia en una jerarquía absolutista, de que la Iglesia en la secta más grande del mundo, que la Iglesia promueve el oscurantismo y que la Iglesia es una de las instituciones más "poderosas" del mundo y sigue legitimizando su poder. Pero pues la prensa amarillista, que se filtra inclusive en aquellos diarios de "prestigio" no se toman la molestia de buscar la verdad. Una persona con criterio se podría preguntar: ¿por qué estos diarios tan prestigiosos no publican las buenas obras de la Iglesia? ¿por qué no se dignan en publicar los trabajos misioneros que se hacen en las distintas partes del mundo? ¿acaso en la Iglesia todo es malo?
Con todo ello, no quiero excusar las malas actuaciones de estos curas que por culpa de ellos la Iglesia termina siendo manchada e insultada moralmente. Sino más bien, tener un sentido crítico de todo lo que está pasando y velar siempre por llegar a una verdad objetiva.